viernes, 19 de septiembre de 2014
doña margarita flores
lunes, 10 de junio de 2013
en casa
sábado, 5 de noviembre de 2011
peros
sábado, 29 de octubre de 2011
tiempos verbales
martes, 11 de octubre de 2011
sábado, 18 de junio de 2011
viento
y lo que pasa es que ya, si me pongo a callar, me duelo con tiento.
y lo que pasa es que sí, si me pongo a pensar, me sobra el aliento.
hoy ya sí. por dentro me tiento el aliento.
martes, 16 de noviembre de 2010
big bang
es terrible encontrar eso dentro de tu propio cerebro pero mejor no alarmarse. en realidad no es permanente. algún día, después de muchas explosiones y convulsiones, todo volverá a ser claro como el agua mineral y apacible como el ronroneo de un gato.
algún día.
lunes, 18 de octubre de 2010
time
sábado, 21 de agosto de 2010
duelo
sábado, 24 de julio de 2010
run-run
viernes, 9 de julio de 2010
dos
dormido abres los ojos. dormido abres los dos ojos en una mueca de sorpresa.
mientras te contesto pienso en muchas cosas. de alguna forma aquí es dónde hemos llegado. es agradable. confortable. reclinable.
ahora me acuerdo:
tú estabas dando vueltas detrás del escenario y yo andaba buscando un micrófono, un afinador, una púa. te pregunté. un beso de repente. suavemente. valiente.
querría haber hablado. sólo te miré. separado. ladeando la cabeza hacia un costado. sonrisa. descarado. saliendo con aliento entrecortado. emocionado. corcovado.
después de eso seguí tu rastro. cantabas incoherencias arrobado. tus labios me quemaban. retaban. clamaban. colapsaban.
lo único que quise fue dormir contigo. en la cama me mirabas inocente. incoherente. me abrazabas desde el fondo de mi vientre. diente. olía a trigo. molido. dormido. conmigo.
dormida abro los ojos. dormida abro los dos ojos en una mueca de sorpresa.
domingo, 6 de junio de 2010
egocentro
viernes, 27 de febrero de 2009
la vejez
En primer lugar señalo el hecho de que habiendo terminado una carrera y un máster con bastante premura sigo más o menos en el mismo punto que antes de todo eso. Lo cierto es que no se cómo tomármelo ahora que me doy cuenta de mi vejez.
En segundo lugar tengo algunas lagunas en cuanto a etiquetar mi tipo de piel ahora que soy vieja. Siempre tuve una piel que yo podía perfectamente etiquetar como grasa pero hace unos días comencé a darle vueltas a este problema; ninguna anciana puede de ningún modo continuar incluyendo su tipo de piel en esta genérica categoría. Se me cayó el mundo a los pies al dar con este irrefutable argumento de modo que sigo indagando sobre este punto sin obtener resultados satisfactorios, lo cual me acarrea tremendos dolores de cabeza.
En tercer lugar considero que mis relaciones interpersonales deberían tomar otro cariz teniendo en cuenta el respeto que toda persona mayor merece simplemente debido a formar parte de este grupo de edad. No se tampoco por dónde tirar cuando me topo con una cosa así y los dolores de cabeza se tornan realmente insoportables. Este aspecto requiere un gran esfuerzo por mi parte ya que al ser nueva en esto a veces no atino a comportarme como es debido creando un tremendo vacío en derredor.
En cuarto lugar está la cronología. No se si sabría diferenciar el momento en que toca hacer esto o aquello. Por ejemplo ¿en qué momento empiezo a recordar historias pasadas? o ¿cuándo ha llegado el día de levantarme a horas intempestivas como pueden ser las 6 o las 7 de la mañana para barrer la puerta de casa? No se, la verdad, no se.
Existen muchísmos problemas más relacionados con esta materia que no es el momento de escudriñar a fondo. Sería un foco de ansiedad excesivo para una sola aplicación ahora que soy vieja.
domingo, 18 de enero de 2009
gracias y desgracias de la vida antillera
No tengo una vida demasiado emocionante, la verdad, pero al menos dispongo de todo mi tiempo. Actualmente me dedico a la contemplación y realmente es una profesión vivificante, tanto es así que he engordado unos cuatro kilos en los últimos meses.
Por otro lado es de tener en cuenta que la persona contemplativa está absolutamente sujeta a los altibajos propios de cualquier ser pensante que se ven acentuados continuamente por las cualidades inherentes a su inactividad y ocasionalmente por los atribuíbles a los ciclos menstruales, en mi caso.
Los adornos de este modo de vida nunca dejan de aportar retribuciones personales, si bien es cierto que se necesitan ingentes cantidades de paciencia.
Podría decir que mi paciencia ha engordado unos cuatro kilos porque efectivamente lo noto.