domingo, 6 de junio de 2010

egocentro

tiene suaves arrugas, no de viejo sino de puro joven. es una cicatriz enorme pero ya no duele, nunca ha dolido que yo sepa. estaba hacia afuera, conectado a la vida, pero cuando se separó empezó a replegarse hacia el interior formando un túnel infinito que no parece llevar a ninguna parte. era imprescindible pero ya no sirve de nada. quizá sirva de algo pero aún no le he encontrado utilidad. está ahí. siempre desde siempre para siempre. siempre.

y él casi no me mira ya. y yo casi no lo miro ya.

No hay comentarios: