tiene suaves arrugas, no de viejo sino de puro joven. es una cicatriz enorme pero ya no duele, nunca ha dolido que yo sepa. estaba hacia afuera, conectado a la vida, pero cuando se separó empezó a replegarse hacia el interior formando un túnel infinito que no parece llevar a ninguna parte. era imprescindible pero ya no sirve de nada. quizá sirva de algo pero aún no le he encontrado utilidad. está ahí. siempre desde siempre para siempre. siempre.
y él casi no me mira ya. y yo casi no lo miro ya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario