miércoles, 25 de agosto de 2010

séneca

una mochila. un bolsillo repleto de papeles pequeños arrugados. voy a tirarlos. saco tres:
el primero es un plástico duro. sé que está ahí desde que era muy pequeña.
el segundo un corazón.
el tercero es una sentencia de séneca que habla de algo relacionado con ser héroe.

los vuelvo a guardar. cuando tenga tiempo los leeré todos.

sábado, 21 de agosto de 2010

duelo

pasa.
un nudo atraganta mi garganta.
entra.
una anguila anida en mi barriga.
corre.
un pozo se asoma por mis ojos.
huye.
un gato arranca mi brazo.

viernes, 13 de agosto de 2010

preparativos

prepararse para el invierno. porque al final llegará el invierno.


prepararse para las lluvias. las lluvias también han de llegar.


y nos calaremos hasta los huesos. sin compasión. sin decoro. entonces buscaremos un rincón dónde guardar nuestras provisiones para ir tirando. durante el invierno. recogeremos cada pedacito de alimento que encontremos. lo almacenaremos allí, en nuestro rincón. nos haremos más fuertes. y cuando llegue la primavera seremos capaces de mirar al sol directamente.


prepararse para la primavera. porque al final llegará la primavera.

miércoles, 11 de agosto de 2010

otro

otra vez. una casa. mi casa. tu casa.

en la habitación del fondo hay muchas cosas, demasiadas cosas. madera oscura.

otra vez. un piano. mi piano. tu piano.

en la cocina de la entrada se deja la ropa sucia, para lavarla. madera clara.

otra vez. un salón. mi salón. tu salón.

en la terraza de la izquierda hay sillones de mimbre, una mesa. madera blanca.

otra vez.

viernes, 6 de agosto de 2010

meaburro

había una vez un burro que meaba mucho mucho. el burro meón le llamaban. controlaba hasta tal punto sus esfínteres que perfectamente uno le podía decir ¡mea burro! y el burro meaba que no tenía fin. lo único que al ser burro no entendía cualquier otro tipo de orden, por ejemplo si uno le decía ¡burro mea! ya no lo entendía y se quedaba así mirándote interrogativamente con el morro apuntando hacia el suelo y los ojos tristones, tenía unos ojos muy bonitos el burro. de todos modos, lo único que sabía hacer el burro era mear. tenía el animal una complejísima disposición estomacal, de tal modo que todo lo que comía salía en forma líquida. sus digestiones eran larguísimas y dolorosas incluso. cuando estaba haciendo la digestión lo mismo le daban ocho que ochenta, se quedaba como privado, sin fuerzas para mover un sólo músculo.

pancho, que así se llamaba el burro, pacho, tenía una panza descomunal que arrastraba pacientemente por el albero y por cualquier otro sitio por el que andase, desollándose vivo. hace poco decidí prepararle una estructura tipo faja reforzada por la zona más próxima al suelo. ahora pancho anda a sus anchas por donde quiere y no tiene que preocuparse por las molestas rozaduras. está tan agradecido que ahora cada vez que me ve mea que da gusto verlo.

miércoles, 4 de agosto de 2010

turbio

intentando andar por el suelo de la ría. con el agua turbia al cuello y los pies tocando trozos de cosas que no se pueden ver. una terrible sensación de inseguridad y duda. la absurda certeza de estar realizando una hazaña casi heroica para mi sí-mismo. el hueco por el que tengo que pasar es demasiado estrecho. circular y angosto. sé que puedo. no tengo ganas. no me apetece. el suelo de la ría no me gusta.