Mostrando entradas con la etiqueta playadas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta playadas. Mostrar todas las entradas

jueves, 22 de julio de 2010

verano

debe de ser verano. sí, verano. estoy segura.

debe de ser verano porque levantas la nariz y huele a mar y a arena. porque la terraza está repleta de toallas. porque se escuchan niños correr. y el agua.

debe de ser verano porque casi no hay nada que hacer. porque la sangre se agolpa en mis sienes palpitante. porque la brisa mueve un árbol frente a mi ventana. y el sol.

debe de ser verano porque hay gazpacho en la nevera. porque me dices que te quiera. porque lo único que quiero es quedarme aquí quieta. y el mar.

debe de ser verano. sí, verano. estoy segura. porque las plantas se secan.

sábado, 3 de julio de 2010

lanzamiento

¡oh, sí! puede ser ¡claro que puede ser! ¿lo has pensado?

no, no. ¿qué voy a pensar?

pues deberías. si lanzas las palabras con todas tus fuerzas desde esta orilla, al otro lado tendrá que pasar algo, digo yo.

sí, eso es lo que yo digo ¿pero qué? ¿qué pasará?

pues algo, no puedes saber qué pasará. tendrás que hacerlo.

pero no puedo hacer eso sin más. necesito un plan de acción. supongamos que lo hago: alguien tendrá que estar en la otra orilla comprobando los resultados ¿qué digo alguien? ¡alguienes, alguienes deberán estar en la otra orilla! el sonido no viaja en línea recta. necesitaría muchos recursos humanos, por no hablar de los recursos materiales ¡esas personas precisarán un equipamiento!

sí, tenemos que planearlo bien.

¡oh, sí! ¡claro que puede ser!

sábado, 29 de mayo de 2010

pájaros azules

y los pájaros azules sobrevuelan el fango que dejó la bajamar. posan sus patas de alfiler casi imperceptibles en las arenas movedizas cubiertas de salitre y otros minerales brillantes. no dejan surco, apenas unas imperceptibles hendiduras. no se hunden. no se quedan atrapados. pueden levantar el vuelo y sobrevolar el fango que dejó la bajamar.

viernes, 28 de mayo de 2010

playa improvisada

a veces se escucha el mar desde aquí ¿lo oyes? -no, yo no puedo oírlo- es una pena. se escucha ¡ya lo creo que se escucha! ¿puedes olerlo al menos? -no, tampoco puedo olerlo. a veces me parece que sí, que lo huelo, pero en realidad si me concentro mucho lo vuelvo a perder. es como mirar una enorme nube de humo- bueno, no pasa nada. te diré lo que haremos. haremos dos cosas:
1. buscar en el mar una caracola muy muy grande. tan grande como un altavoz con muchos muchos vatios -como en los conciertos- y la ponemos en el salón en lugar de una silla. tenemos muchas sillas en el salón.
2. traer muchos muchos cubos llenos de arena -veinte o treinta- y esparcirla por todo el suelo. todo el suelo cubierto de fina y brillante arena de playa. tenemos también mucho suelo.

¡oh! ¡sí! hagámoslo cuanto antes.