jueves, 20 de mayo de 2010

¡oh dios mío!

entonces patata pensó ¡oh dios mío! sí, eso pensó. pensó ¡oh dios mío! y después ya no pensó nada más. simplemente dejó de pensar. patata tenía una habilidad especial, un superpoder si me lo permiten, para dejar de pensar cuando ella quería. bueno no, cuando ella quería no exactamente: por ejemplo cuando ella pensaba una cosa y se quedaba tranquila. entonces ya podía dejar de pensar porque ya estaba tranquila. como por ejemplo cuando pensaba ¡oh dios mío!: pensaba ¡oh dios mío! se quedaba tranquila y automáticamente dejaba de pensar. esa era una de sus muchas cualidades.

alguna gente no entendía esa habilidad de patata, pero como ella estaba tranquila no le importaba mucho. incordiarle sí, a veces. a veces era un incordio. por ejemplo cuando le decía la gente -¡pero en algo tendrás que pensar!- o -¡es imposible no pensar en nada! ¡es simplemente imposible!- o, ya los más ensañados, -¡jamás escuché semejante soberana tontería!- (como si alguien pudiera saber algo). patata intentaba explicárselo cuando tenía tiempo, claro, porque a veces tenía mucha prisa.

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