lunes, 24 de diciembre de 2012

naufragar a posta


¡no eras tú! no lo eras ¡no eras tú!... pero estabas conmigo en la cubierta destartalada de un barco que alguien se proponía mandar al vacío para lanzarlo a las profundidades más oscuras y tenebrosas y profundas del mar de madrid.

tenía miedo, miedo atroz, supurante, miedo infinito. mientras tanto regabas unas plantas de flores azules que se mantenían vivas y jóvenes, más de lo que yo lo he estado nunca.

yo las miraba tristemente, barruntando el final, cuadrando un plan para comportarme en situaciones extremas, pero tenía tanto miedo aferrado a mis cartílagos y arterias que desarrollé síntomas de parálisis cerebral.

el mar mecía con fuerza, yo cerraba las ventanas para no mirar. y ahí estabas tú, proponiéndome un viaje a los acantilados que se extienden un poco más al norte, en tierras de frío y hielo; y ahí estaba yo, anonadada, sintiendo el miedo en mi garganta, fiándome de ti por no tener absolutamente nada.

no tenemos opción. no salvación. nos parapetaremos aquí hasta que todo termine. nos lanzarán al vacío sin remisión, para mandarnos al fondo del mar de madrid. el final está cerca. el final, el final, el final, el final está aquí, al lado de dónde dormimos la siesta.

No hay comentarios: