miércoles, 8 de septiembre de 2010

gris

de pié en el autobús, tan delgada. parece que se va a romper al primer roce pero ellas se empeñan en abrazarla, lo hacen con cuidado.
quiere bajarse en la próxima parada.
desconfía.
quiere que la protejan sin tocarla.

3 comentarios:

Jesús dijo...

Ni tocando ni sin tocar. Lo ideal es aprender a protegerse uno mismo. Es difícil no depender de nadie, claro, pero es la única forma de no ser vulnerable.

patata diezma dijo...

el individualismo tampoco es la mejor opción. existe un equilibrio entre la dependencia y la independencia que a mí me parece sano. ser vulnerable también es ser humano ¿no?

mis largos pies dijo...

ese que la protejan sin tocarla tiene miga.