картофель
viernes, 19 de septiembre de 2014
doña margarita flores
doña margarita flores páez no tiene perrito que le ladre. así sin más se va desabrochando la bata al irse a dormir una noche más sola que la una, y es que todos los días siempre lo mismo. doña margarita ya no sabe ni lo que quiere, lleva tanto tiempo haciendo lo que quiere que ya no sabe ni qué ha estado haciendo y si lo quiere o qué pasa. la pobre margarita hace todos los días exactamente lo mismo, siempre dándose brío por darse algo. ya no cree en nada ni en nadie, si lo piensa un poco le asquea la idea de creerse algo, pero ella sabe que uno es más feliz creyendo y le pone ahínco a través de las náuseas, pero es que no hay manera ya. la última semana sus esfuerzos psíquicos se centraron bastante en la fe nihilista, pensando que quizá en ella podría encontrar alguna respuesta adaptada a su decadente estado mental, pero al final lo ha dejado todo en manos del devenir y el laissez-faire, no nota mejorías en lo suyo, pero por lo menos no tiene que hacer tantos esfuerzos estúpidos.
miércoles, 25 de junio de 2014
dislocación espaciotemporal
argamboi se disloca un hombro cada vez que realiza su salto espaciotemporal de hectoplasma en hectoplasma, no aprende nunca. su técnica es tan sumamente rudimentaria que consigue activar las infinitas alarmas de los reactores emocionales del más insospechado de los habitantes de cualquiera de los megaespacios circundantes.
aparece de repente, con su hombro dislocado y su materia difusa por el trayecto, no pide pan, pero yo se lo doy porque tampoco tengo nada mejor que darle.
durante las últimas semanas he reflexionado hondamente sobre el hecho, incuestionable, de que argamboi en realidad no salta de hectoplasma en hectoplasma porque nunca ha existido. me esfuerzo con ahínco en determinar el estado de la cuestión de argamboi, pero cuando llego a concretar su inexistencia pierdo el hilo de mis divagaciones y tengo que volver al principio, es una labor hartamente tediosa.
espero, por el bien de argamboi y el mío propio, que esto no siente precedente sobre nuestras relaciones futuras, y confío plenamente en la pronta resolución de esta entelequia.
argamboi acaba de aparecer y precisa ayuda con su hombro.
aparece de repente, con su hombro dislocado y su materia difusa por el trayecto, no pide pan, pero yo se lo doy porque tampoco tengo nada mejor que darle.
durante las últimas semanas he reflexionado hondamente sobre el hecho, incuestionable, de que argamboi en realidad no salta de hectoplasma en hectoplasma porque nunca ha existido. me esfuerzo con ahínco en determinar el estado de la cuestión de argamboi, pero cuando llego a concretar su inexistencia pierdo el hilo de mis divagaciones y tengo que volver al principio, es una labor hartamente tediosa.
espero, por el bien de argamboi y el mío propio, que esto no siente precedente sobre nuestras relaciones futuras, y confío plenamente en la pronta resolución de esta entelequia.
argamboi acaba de aparecer y precisa ayuda con su hombro.
lunes, 10 de junio de 2013
en casa
cuando llego a casa y tú no estás me
pierdo entre los pliegues de la cama
vomito pensamientos inservibles en las
rendijas que perfila la persiana
desfilo ante las pálidas miradas del
olor que dejaste sobre la almohada
cuando llego a casa y tú no estás me
mezo entre las barbas del pijama
desgarro con cuidado el quicio del
sonido que dibujan tus pisadas
bailo alegremente al son de los aromas
edulcorados de la madrugada pasada.
cuando llego a casa y tú no estás
allano con mis pies las arrugas de tu espalda
convierto en vino la luz dorada de los
entes que asoman por la ventana
practico funambulismo sobre los cables
que proyecta tu límpida mirada.
cuando llego a casa y tú no estás,
contra todo pronóstico, estás.
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anti escritos,
cartográficos,
madrileñadas
lunes, 24 de diciembre de 2012
naufragar a posta
¡no eras tú! no lo eras
¡no eras tú!... pero estabas conmigo en la cubierta destartalada de
un barco que alguien se proponía mandar al vacío para lanzarlo a
las profundidades más oscuras y tenebrosas y profundas del mar de
madrid.
tenía miedo, miedo
atroz, supurante, miedo infinito. mientras tanto regabas unas plantas
de flores azules que se mantenían vivas y jóvenes, más de lo que
yo lo he estado nunca.
yo las miraba
tristemente, barruntando el final, cuadrando un plan para comportarme
en situaciones extremas, pero tenía tanto miedo aferrado a mis
cartílagos y arterias que desarrollé síntomas de parálisis
cerebral.
el mar mecía con fuerza,
yo cerraba las ventanas para no mirar. y ahí estabas tú,
proponiéndome un viaje a los acantilados que se extienden un poco
más al norte, en tierras de frío y hielo; y ahí estaba yo,
anonadada, sintiendo el miedo en mi garganta, fiándome de ti por no
tener absolutamente nada.
no tenemos opción. no
salvación. nos parapetaremos aquí hasta que todo termine. nos
lanzarán al vacío sin remisión, para mandarnos al fondo del mar de madrid. el
final está cerca. el final, el final, el final, el final está aquí,
al lado de dónde dormimos la siesta.
viernes, 7 de diciembre de 2012
sola
la soledad que atrapa y no te deja movimiento
esa soledad que se anida en las entrañas de los solos como yo
los solos como yo. los solos, como yo
sola
esa soledad que se anida en las entrañas de los solos como yo
los solos como yo. los solos, como yo
sola
lunes, 5 de noviembre de 2012
dar
ojalá la lluvia
ojalá las calles y las ramas
ojalá los pasos
ojalá las ganas
ojalá sin miedo
ojalá las llamas
ojalá tus cartas y mis mangas
ojalá el barquero
ojalá la trama
ojalá yo pueda
ojalá mañana.
ojalá las calles y las ramas
ojalá los pasos
ojalá las ganas
ojalá sin miedo
ojalá las llamas
ojalá tus cartas y mis mangas
ojalá el barquero
ojalá la trama
ojalá yo pueda
ojalá mañana.
lunes, 22 de octubre de 2012
soledades
asomarme una vez más, mirar de lejos y de cerca a un tiempo
darme cuenta de que todo y nada son a veces la misma cosa
rebajar las expectativas para retomar las riendas
relajarme, despojarme de mi ropa y de mis ganas,
disfrutar las mareas de los flujos de mi cuerpo,
sentirlas desde dentro, autónomas y muy mías.
sentir, sentir sin trabas.
iluminarme como un sol y no quemarme.
darme cuenta de que todo y nada son a veces la misma cosa
rebajar las expectativas para retomar las riendas
relajarme, despojarme de mi ropa y de mis ganas,
disfrutar las mareas de los flujos de mi cuerpo,
sentirlas desde dentro, autónomas y muy mías.
sentir, sentir sin trabas.
iluminarme como un sol y no quemarme.
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